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Para H. Cartier Bresson, en cada fotografía se imprime la decisión del ojo.

Como en una fotografía, en Haiku se imprime la decisión de la palabra para describir lo eterno. Sean bienvenidos a ésta parcela de mundo en la que vamos dejando, como huellas, nuestros.... instantes eternos.

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(Cuando cambia la mirada, cambia también el horizonte. Se ensancha, se amplía, tomamos conciencia de nuestra pequeñez. Es entonces cuando podemos vislumbrar a cabalidad que no estamos solos, que la presencia de otros nos enriquece y nos eleva.
Podrán leer en éste espacio a algunos amigos que comparten el gusto por la poesía japonesa, con quienes intercambio, crezco, aprendo y me proyecto.
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Según Vicente Haya, "nuestros haikus no deben tener otra pretensión que ser la palabra que acompaña a nuestra ignorancia. La palabra de un caminante que no sabe dónde está su meta... Ahí está la fertilidad salvaje del haiku. El haiku es una selva que nunca se termina de recorrer, en extensión, en profundidad… Cuando has acabado la selva de fuera, te queda la selva de dentro."

Invitados quedáis, pues..... al final de la página encontraréis una lista de reproducción que, si deseáis, os puede acompañar en el recorrido..... gracias por vuestra presencia.



martes, 10 de agosto de 2010

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Tarde de agosto.
El vecino recoge las ciruelas
para el aguardiente.














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2 comentarios:

  1. k. me gusta tu haiku. No sólo tiene sabor alcohólico sino sabor a auténtico, ciruelas-aguardiente, a mi juicio le da mucha fuerza y baja el haiku a la tierra, de donde el vecino coge las ciruelas.

    Un Abrazo

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  2. Hla Juan Carlos:

    Gracias por tu comentario. Si me permites, me gustariía hacer una pequeña aclaración que ubicaría mejor este haiku culturalmente.

    El aguardiente de ciruela (slivova rakiya )y de uva (grozdova rakiya)son muy típicos para Bulgaria y profundamente arraigadas en la cultura popular. Se beben con frecuencia antes de comer (pero sin excesos, unos 50-70 gramos), con ensalada y mucha gente, sobre todo en el pueblo, se lo pepara ella misma. Es motivo de un especial orgullo para uno invitar a los amigos y familiares con su propia ¨rakiya¨, quedándose a la espera de los elogios, merecidos en muchos de los casos.

    A mí personalmente la rakiya no me gusta en absoluto.

    El haiku puede tener también una connotación negativa, insinuando de lo que le espera a uno cuando el aguardiente esté hecha y el vecino se dedique a beberla sin moderación.

    Un abrazo,

    K.

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