Para H. Cartier Bresson, en cada fotografía se imprime la decisión del ojo.
Como en una fotografía, en Haiku se imprime la decisión de la palabra para describir lo eterno. Sean bienvenidos a ésta parcela de mundo en la que vamos dejando, como huellas, nuestros.... instantes eternos.
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(Cuando cambia la mirada, cambia también el horizonte. Se ensancha, se amplía, tomamos conciencia de nuestra pequeñez. Es entonces cuando podemos vislumbrar a cabalidad que no estamos solos, que la presencia de otros nos enriquece y nos eleva. Podrán leer en éste espacio a algunos amigos que comparten el gusto por la poesía japonesa, con quienes intercambio, crezco, aprendo y me proyecto.....)
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Según Vicente Haya, "nuestros haikus no deben tener otra pretensión que ser la palabra que acompaña a nuestra ignorancia. La palabra de un caminante que no sabe dónde está su meta... Ahí está la fertilidad salvaje del haiku. El haiku es una selva que nunca se termina de recorrer, en extensión, en profundidad… Cuando has acabado la selva de fuera, te queda la selva de dentro."
Invitados quedáis, pues..... al final de la página encontraréis una lista de reproducción que, si deseáis, os puede acompañar en el recorrido..... gracias por vuestra presencia.
Juan Carlos, "cosa me da", pero es que hay una ipomea en la casa de al lado que resiste, como yo en el haiku... Le he escrito a ella, creo que en todas las estaciones y pidiendo permiso, me atreví a acompañarte
aún con prisa... viendo al alba la flor de la ipomea
Te doy las gracias por prestarme esta foto. El haiku es una medicina para mí. Un abrazo muy fuerte !!!
querida amiga Mirta. Tú eres esa flor abierta, bonita y llena de color.. Eres tú la que me has inspirado otro haiku.-tengo otra foto de ipomeas junto a un camino...mañana (por hoy ya de madrugada) haré algo especial en mi blog y en Tercetos. Quiero despedirme por unos días de descanso (no sé si podré resistir lejos del teclado) y hacer algo especial. Estas flores son muy consideradas por los haijines clásicos y tienen un nombre precioso en japonés (ahora no lo tengo a mano)
MIrta: me ocurre lo que a tí, el haiku es sanador para mi melancolía y momentos de bajón. Creo que somos muy especiales ambos.
Juan Carlos, "cosa me da", pero es que hay una ipomea en la casa de al lado que resiste, como yo en el haiku...
ResponderEliminarLe he escrito a ella, creo que en todas las estaciones y pidiendo permiso, me atreví a acompañarte
aún con prisa...
viendo al alba la flor
de la ipomea
Te doy las gracias por prestarme esta foto.
El haiku es una medicina para mí.
Un abrazo muy fuerte !!!
querida amiga Mirta.
ResponderEliminarTú eres esa flor abierta, bonita y llena de color..
Eres tú la que me has inspirado otro haiku.-tengo otra foto de ipomeas junto a un camino...mañana (por hoy ya de madrugada) haré algo especial en mi blog y en Tercetos. Quiero despedirme por unos días de descanso (no sé si podré resistir lejos del teclado) y hacer algo especial. Estas flores son muy consideradas por los haijines clásicos y tienen un nombre precioso en japonés (ahora no lo tengo a mano)
MIrta: me ocurre lo que a tí, el haiku es sanador para mi melancolía y momentos de bajón. Creo que somos muy especiales ambos.
Muchos besos
Hasta mañana
Las campanillas
ResponderEliminarcon sus tonos azules
trepan el puente
Mis queridos Mirta y Juan Carlos... no sabía que ésta flor se llamara ipomea, en mi pueblo sólo le decíamos "campanillas"....
y fíjate, Juan... ese haiku que te dejo lo escribí camino a Albacete, en el tren...
un abrazo a ambos!
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ResponderEliminarPerdonad que me intrometa, pero es como si la flor en la foto me pidiese un haiku y no me voy a resistir:
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Descansando
junto a unas ipomeas.
Cielo de verano.
Un abrazo,
K.
Adri: El destino quiso que escribieras un haiku viniendo a mi casa...., bonito haiku, gracias por tus palabras y por acompañar
ResponderEliminarBESOS
K:
Que conexión hemos hecho entre 4 haijines tan bella. También muy bonito tu haiku. Muchas gracias, amigo, por acompañar.
Abrazos