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(Cuando cambia la mirada, cambia también el horizonte. Se ensancha, se amplía, tomamos conciencia de nuestra pequeñez. Es entonces cuando podemos vislumbrar a cabalidad que no estamos solos, que la presencia de otros nos enriquece y nos eleva.
Podrán leer en éste espacio a algunos amigos que comparten el gusto por la poesía japonesa, con quienes intercambio, crezco, aprendo y me proyecto.....)
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Según Vicente Haya, "nuestros haikus no deben tener otra pretensión que ser la palabra que acompaña a nuestra ignorancia. La palabra de un caminante que no sabe dónde está su meta... Ahí está la fertilidad salvaje del haiku. El haiku es una selva que nunca se termina de recorrer, en extensión, en profundidad… Cuando has acabado la selva de fuera, te queda la selva de dentro."
Invitados quedáis, pues..... al final de la página encontraréis una lista de reproducción que, si deseáis, os puede acompañar en el recorrido..... gracias por vuestra presencia.
Precioso instante, Konstantin.
ResponderEliminarUn abrazo
Elsa
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ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Elsa. Es una miniatura. Además, evoca muchos recuerdos de mi infancia cuando de ida y de vuelta del colegio observaba las primeras campanillas de nieve en los jardines de las casas que en aquel entonces usaban estufas de carbón.
Las campanillas de nieve tienen un encanto especial para mí; no sólo por ser las primeras flores que salen y traen alegría a todo el mundo por recordarnos que ya se acaba el invierno y viene la primavera, sino sobre todo porque son tan tiernas, sencillas y, diría, como modestas...no sé, para mí de alguna forma representan la encarnación del espíritu del haiku.
Un abrazo,
Konstantin
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