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(Cuando cambia la mirada, cambia también el horizonte. Se ensancha, se amplía, tomamos conciencia de nuestra pequeñez. Es entonces cuando podemos vislumbrar a cabalidad que no estamos solos, que la presencia de otros nos enriquece y nos eleva.
Podrán leer en éste espacio a algunos amigos que comparten el gusto por la poesía japonesa, con quienes intercambio, crezco, aprendo y me proyecto.....)
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Según Vicente Haya, "nuestros haikus no deben tener otra pretensión que ser la palabra que acompaña a nuestra ignorancia. La palabra de un caminante que no sabe dónde está su meta... Ahí está la fertilidad salvaje del haiku. El haiku es una selva que nunca se termina de recorrer, en extensión, en profundidad… Cuando has acabado la selva de fuera, te queda la selva de dentro."
Invitados quedáis, pues..... al final de la página encontraréis una lista de reproducción que, si deseáis, os puede acompañar en el recorrido..... gracias por vuestra presencia.
jejejeje... comprendo el poder de esa mirada...
ResponderEliminarSaliste indemne del encuentro!
Un abrazo, Mercedes.
buena imagen Elsa.
ResponderEliminarA mí me ocurrió lo mismo hace 1 mes con un ciervo. El ciervo me miraba y berreando se iba acercándo ¡¡te puedes imaginar el miedo que pasé!!
No sé tu vaca y sus intenciones; pero mi bichito no me tenía mucho aprecio. En esa berrea tardía, me confundió con otro de su especie?
Un Abrazo
Juan Carlos
Prado soleado
ResponderEliminarUna vaca me mira
con insistencia
Elsa, un primer verso de 5 sílabas que abre un paisaje increíble y luego... la sorpresa de esos ojos negros y grandes dirigiéndote la mirada.
Lleno de humor, sorpresa, color, luz, aroma... tu haiku.
Siempre tan sugerente con tus versos. Gracias por traer este pedacito de campo.
Un beso y un abrazo muy fuerte para tí.
Muy bueno, Elsa! Coincido con lo que apuntan los compañeros...tiene humor y ternura.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Gracias amigos y amigas! Las vacas son así de curiosas :))
ResponderEliminarUn abrazo!
Elsa