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(Cuando cambia la mirada, cambia también el horizonte. Se ensancha, se amplía, tomamos conciencia de nuestra pequeñez. Es entonces cuando podemos vislumbrar a cabalidad que no estamos solos, que la presencia de otros nos enriquece y nos eleva.
Podrán leer en éste espacio a algunos amigos que comparten el gusto por la poesía japonesa, con quienes intercambio, crezco, aprendo y me proyecto.....)
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Según Vicente Haya, "nuestros haikus no deben tener otra pretensión que ser la palabra que acompaña a nuestra ignorancia. La palabra de un caminante que no sabe dónde está su meta... Ahí está la fertilidad salvaje del haiku. El haiku es una selva que nunca se termina de recorrer, en extensión, en profundidad… Cuando has acabado la selva de fuera, te queda la selva de dentro."
Invitados quedáis, pues..... al final de la página encontraréis una lista de reproducción que, si deseáis, os puede acompañar en el recorrido..... gracias por vuestra presencia.
¡Ay, Ana!
ResponderEliminarEse encarecimiento imposible de cumplir...
Duele, a veces, tanta fragilidad expuesta al rigor del medio.
Me ha ocurrido en casa, en algunas ocasiones, con las flores del hibisco (o rosa china como suelen llamarla también), arrancadas por el viento, y aún así yacen abiertas en el suelo...
Sólo queda contemplarlas.
Un beso.
Agradezco mucho tu comentario tan próximo a lo que sentí.
ResponderEliminarTengo en la terraza estas preciosas flores que son capaces de abrirse al sol y cerrarse en los días nublados; sin embargo, ante el viento...
Un beso.
¡Cómo me gusta, Ana!
ResponderEliminarUn gran cariño
¡Muchísimas gracias, Claudia! Me alegra que así sea.
ResponderEliminarCariños.
Ana PRECIOSO!
ResponderEliminarUn beso
No había visto tu mensaje hasta ahora! Me alegro mucho de que te guste, Juan Carlos.
ResponderEliminarUn beso.