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Para H. Cartier Bresson, en cada fotografía se imprime la decisión del ojo.
Como en una fotografía, en Haiku se imprime la decisión de la palabra para describir lo eterno. Sean bienvenidos a ésta parcela de mundo en la que vamos dejando, como huellas, nuestros.... instantes eternos.
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(Cuando cambia la mirada, cambia también el horizonte. Se ensancha, se amplía, tomamos conciencia de nuestra pequeñez. Es entonces cuando podemos vislumbrar a cabalidad que no estamos solos, que la presencia de otros nos enriquece y nos eleva.
Podrán leer en éste espacio a algunos amigos que comparten el gusto por la poesía japonesa, con quienes intercambio, crezco, aprendo y me proyecto.....)
Podrán leer en éste espacio a algunos amigos que comparten el gusto por la poesía japonesa, con quienes intercambio, crezco, aprendo y me proyecto.....)
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Según Vicente Haya, "nuestros haikus no deben tener otra pretensión que ser la palabra que acompaña a nuestra ignorancia. La palabra de un caminante que no sabe dónde está su meta... Ahí está la fertilidad salvaje del haiku. El haiku es una selva que nunca se termina de recorrer, en extensión, en profundidad… Cuando has acabado la selva de fuera, te queda la selva de dentro."
Invitados quedáis, pues..... al final de la página encontraréis una lista de reproducción que, si deseáis, os puede acompañar en el recorrido..... gracias por vuestra presencia.
Invitados quedáis, pues..... al final de la página encontraréis una lista de reproducción que, si deseáis, os puede acompañar en el recorrido..... gracias por vuestra presencia.
domingo, 12 de febrero de 2012
El árbol seco
con su ofrenda final:
toda su leña.
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La mort
ResponderEliminarfroide et cassante
génère un feu ardent
Roger
precioso.
ResponderEliminarlos árboles desbordan generosidad.
un beso.
Gracias, Roger.
ResponderEliminarPor pasar por aquí y detenerte a ofrecer tu modo de sentir.
Un abrazo.
Muchas gracias, Patricia.
ResponderEliminarUn placer tu visita.
Me alegra que estos versos promuevan lo que tan bien expresas.
Otro beso.
Tocayo:
ResponderEliminarhasta muerto, el árbol ofrece algo, nada más y menos que leña.
es un haiku-ofrenda de naturaleza.
Un Abrazo
Así es, Juan Carlos.
ResponderEliminarUn reconocimiento a ese gesto final de generosa entrega: lo que ayer fue sombra, hoy será calor y abrigo. Ejemplar.
Gracias por tu visita y tus palabras, tocayo.
Otro abrazo.
Ortodoxo o no, tiene un sabor a clásico extraordinario. Me ha llegado mucho. Y se haya perseguido directa o indirectamente, queda aquello de que incluso quien no está, nos sigue dando cosas. Un abrazo bien fuerte
ResponderEliminarMuchas gracias, Elías.
ResponderEliminarTu comentario enaltece y amplía lo que pretende expresar el haiku. Lo enriquece maravillosamente.
Tu honda sensibilidad lo hace posible.
Aprecio y valoro ese aporte.
Otro fuerte abrazo.